Eduardo nos acaricia con sus preguntas para ponernos en camino hacia las respuestas. “¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?” Es la más descarnada pregunta de las preguntas. “No cabe duda que el odio es esencialmente humano, que nosotros no tenemos a quien enseñárselo y que sólo lo podemos poner en práctica con nuestros congéneres”. Por Ricardo Martínez
De los topos, aprendimos a hacer túneles. De los castores, aprendimos a hacer diques .De los pájaros aprendimos a hacer casas. De las arañas, aprendimos a tejer. Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda. Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave. Del viento, aprendimos la vela ¿Quien nos habrá enseñado las malas mañas? ¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?
Eduardo Galeano.
No cabe duda que el odio es esencialmente humano, que nosotros no tenemos a quien enseñárselo y que sólo lo podemos poner en práctica con nuestros congéneres.
Lo hemos aceptado y lo peor es que vivimos con él, mirando para otro lado, que es la forma más cruel y cobarde de practicarlo.
Mientras vos lees esto hay gente destruyendo humanidad, creando hambre, gozando de la miseria y haciendo la peor de las actividades humanas, ARREPINTIENDOSE.