
Los ejes estratégicos del gobierno provincial son claros y concisos. Avanzar en las prioridades de quienes han perdido sus derechos y fijar un rumbo de crecimiento con sentido federal. O sea, poner los recursos que hay en los bolsillos de quienes perdieron hasta el derecho a alimentarse y con ese consumo reactivar la economía. Y mientras esto sucede, sentar las bases de un proyecto de soberanía económica que impida volver a lo mismo.
Parece una obviedad aclarar esto a pocos días de la asunción del nuevo Gobierno, más aún cuando la agenda de éste despliega acciones de manera coherente con lo que anticipó durante la campaña; y lo hace a un ritmo inédito. El hecho es que, para avanzar con un gobierno popular, también se debe cargar con el peso muerto de las prácticas políticas que empiezan a quedar atrás.
El Frete de Todos ganó en el país y la provincia, pero esto no quiere decir que por delante se abre un camino de flores. Sería una ingenuidad creer que quienes perdieron el 27 de octubre, fieles representantes del poder financiero y las oligarquías locales, vayan a colaborar con el proyecto ganador. O pensar que quienes quedaron rezagados tras el viraje histórico en el peronismo riojano, que dejó a tras una hegemonía liberal de treinta años, perderán todo su poder de la noche a la mañana.
Lo cierto es que los Gobierno populares, emancipadores, humanistas, inclusivos, nunca dejaran de ser el blanco de los ataques del poder real y el sentido común que este impone para normalizar la desigualdad; y el gobierno de Ricardo Quintela, no va ser la excepción. Éste, indefectiblemente estará a tiro de los esbirros de sus adversarios aún enquistados en distintos ámbitos, dentro y fuera del Estado.
El desafío será entonces, superar como gobierno el mismo tipo de operaciones que se superó cuando se era propuesta electoral. Noticias distorsionadas o directamente falsas que cabalgan sobre el sentido común que ellos mismos modelan, buscaran la forma de llevar la mirada hacia sus temas. Así buscaran abrir grietas en la unidad política que sostiene al nuevo gobierno. La forma de hacerlo es inyectando odio, seguramente mediante los mismos canales que usaron durante las elecciones. Odio para dividir, odio para debilitar; odio para conservar sus privilegios y más odio y violencia para ganar posiciones. Esa es la lógica del poder real, y la aplica articulando operaciones con sus elementos aliados en todas las instituciones. El “lawfare” o la guerra jurídica mediática, instrumentada desde el imperio para perseguir referentes progresista en todo los países de América Latina, es el ejemplo más nítido para ilustrar el fenómeno al que nos estamos refiriendo.
Dicho esto, y volviendo al orden local y el tema con el que abrimos esta nota, vale remarcar entonces, la importancia que tiene situar en el debate en público los principales ejes del gobierno provincial; y hacerlo siempre en el contexto del proyecto popular y federal que representa. Popular, porque sus prioridades sociales avanzan de abajo para arriba; y federal porque busca desandar las asimetría en el desarrollo, concibiendo una provincia que crece de manera pareja en todo su territorio. Este es el camino que el pueblo decidió con su voto, al elegir a Ricardo Quintela como gobernador y a Alberto Fernández como presidente. La presencia y el seguimiento de estos ejes en el relato publico son una tarea a sostener desde lo comunicacional y son la base del legítimo debate en resguardo de los intereses mayoritarios.
Por El Tala Comunicación Popular