Los hechos se produjeron cuando una columna de manifestantes intentó avanzar hacia la Plaza principal y fueron impedidos por una formación de policías de infantería frente al Banco Nación. En ese momento comenzaron a arrojar elementos que habían vandalizado del Paseo Cultural. Tras forcejeos e intercambio de golpes, la policía arrojó agua y luego reprimió con balas de goma indiscriminadamente cuando lxs manifestantes ya iban de retirada.
Como saldo de este enfrentamiento hubo más de una decena de heridos de distinta consideración y también detenidxs. Según los choferes, uno de sus compañeros habría perdido un ojo. Por parte de la policía, según lo expresado en conferencia de prensa por la Ministra Asís, hubo 10 heridos.

Asimismo, la Ministra aseguró que no hubo orden, por parte del gobierno para reprimir. Por otro lado, adelantó que todos los registros fílmicos serán analizados por la Justicia, por lo que dio a entender que los policías que actuaron por afueras de las normas y las órdenes del gobierno serán sancionados conforme lo establece la ley.
Asís expresó también que se investiga el accionar de un grupo de violentos entre los manifestantes a los que se les incautaron palos y cuchillos, que serían además quienes provocaron destrozos en la vía pública para usarlos como proyectiles contra los uniformados.
El accionar represivo de algunos policías llegó a niveles escandalosos ya que, en un momento las agresiones alcanzaron a periodistas que se encontraban cubriendo el hecho.
El contexto de la represión en el transcurso de una negociación por un futuro laboral que los trabajadores mantenían en curso con el Gobierno, la cual avanzaba de manera favorable, luego de que la empresa los dejara en la calle.
Sin embargo, el contexto también es signado por el clima destitúyete que le imprime la oposición político mediática a cualquier conflicto que surge. No es menor el detalle expresado por la Ministra respecto a que por parte del Gobierno no hubo ninguna orden de reprimir, algo que finalmente ocurrió, y a pocos días de la muerte de Rubén Garay, un Jefe de policía firmemente comprometido con un práctica profesional atada los valores de los DDHH. Tampoco es menor el hecho de que no hace mucho, cuando el Jefe Garay, hombre de confianza del Gobernador, se encontraba aun luchando por su vida en la cama del Hospital, algunos elementos dentro de la fuerza llevaran adelante un reclamo extorsivo frente a la Residencia y a la propia Jefatura de Policía.
Fotos: Opina La Rioja